La palabra pizza se comenzó a usar en el año 997 en latín medieval de la
ciudad de Gaeta y posteriormente fue hallada en el pueblo de Penne
D’Abruzzo en el año 1195. Algunos afirman que la palabra proviene de pinsa,
participio pasado del verbo latino pinsere, que significa machacar, presionar,
aplastar. Esta descripción etimológica hace referencia a la manera de elaborar
la masa de la pizza, así como a su origen en una forma de pan plano,
aplastado sobre el piso del horno.
Muchos autores afirman que la pizza, tal y como se conoce en la actualidad,
procede de la ciudad de Nápoles (Italia) y aparece como plato popular entre los
napolitanos, en algún instante no definido del siglo XVII.
Es muy seguro que la pizza naciera de un alimento elaborado por los habitantes
humildes de la ciudad de Nápoles y la composición no fuera tan variada como la
actual. Quizás en un principio fue un pan elaborado con una especie de masa de
cereales puesta al sol, o a una fuente de calor como una piedra, y con algún
condimento encima.
En Nápoles está la pizzería Port’Alba, considerada como la primera pizzería del
mundo. En 1738 empezaron a producir pizzas para llevar y en 1830 se
expandieron a una especie de pizzería-restaurante con mesas y camareros. Hoy
sirven pizza bajo las mismas premisas.
La pizza es un alimento simple pero que permite disfrutar de la conjunción de
diferentes ingredientes y probar. Es simplemente maravilloso ver como algo tan
simple ha recorrido a través de miles de recetas el mundo entero y es tan popular
hoy día.